GÉNESIS
Y FORMACIÓN DE
LOS EVANGELIOS
Tres etapas en la formación de los evangelios
La crítica literaria acerca de cualquier obra nos da como resultado que en algunos escritos 'el autor ha hecho varias redacciones hasta llegar a la última y definitiva.
Cuando el poeta nos cuenta el nacimiento de un soneto, es un ejemplo, nos hace ver que entre la inspiración inicial y la última redacción ha habido, al menos en bastantes casos, elaboraciones y correcciones sucesivas. El poeta comienza a escribir, cambia palabras, corrige expresiones, lima el estilo, suprime adjetivos; es decir, hace varias redacciones. Bajo su guía, mostrándonos su manuscrito repleto de tachones y añadiduras, podríamos analizar y descubrir las varias capas de la redacción.
Algo parecido ocurre con los
evangelios, pero con mayor relieve, puesto que, antes de llegar a ser evangelios escritos, han sido evangelios predicados y evangelio vivido. Nadie ha redactado los
evangelios de un tirón. Todos ellos tienen su historia de redacción y su prehistoria de composición. Hay, pues, una historia de la formación de los evangelios.
¿Qué fases han recorrido los evangelios actuales? Cuando hacemos un corte profundo
en la tierra, en línea vertical, distinguimos los varios estratos que en ella aparecen: caliza, creta, arenisca, grava, etcétera.
Si ahora hacemos un corte profundo en nuestros evangelios, ¿qué capas o estratos llegaríamos a descubrir? La respuesta científica asegura que tres:
1) la obra de Jesús;
2) la predicación de los apóstoles y la vida de la comunidad;
3) la redacción de los evangelistas.
1) La obra de Jesús de Nazaret
En cuanto atañe al origen y
formación de los evangelios, la parte con la que colabora Jesús se condensa en
estos tres puntos: vida y mensaje de Jesús, elección de los doce apóstoles y
exposición oral de su doctrina.
En primer lugar, está la vida
y el mensaje de Jesús. Su enseñanza es un hablar con autoridad que
impresiona a los que le oyen. Los milagros que realiza y la postura que adopta
ante los grupos religiosos de su tiempo le otorgan un prestigio único, pues
nunca se había dado nada igual. Sus discípulos recogerán después estos hechos y
estas palabras que llenan el ministerio público del Maestro.
En segundo lugar, dentro de las
múltiples obras de Jesús, está la elección de los doce apóstoles. Es
decir, de todos los discípulos que le siguen escoge Jesús a doce, que van a
estar con él desde el comienzo. De su actuación pública, que verán y oirán todo
lo que haga y diga y que de él recibirán instrucción y formación. Después de
permanecer con él durante casi tres años, en íntima convivencia y amistad, estarán
en condiciones de ser testigos fidedignos, relatores y continuadores de su
obra.
Y, en tercer término, y como
corresponde a su categoría de maestro, Jesús tiene su doctrina y la expone
públicamente.
2) La predicación de los apóstoles y la vida de la comunidad
La segunda fase con relación a la formación de los evangelios es el ministerio de los apóstoles y la vida de la comunidad eclesial. ¿Cómo podríamos resumir el trabajo que estos hombres hicieron? ¿Cuál fue su contribución, ese segundo estrato, a la formación de los evangelios? Una palabra nos sirve para condensar toda su obra: predicación. Los apóstoles no recibieron ningún encargo de escribir, pero sí les encomendó Jesús que anunciaran el mensaje: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio”.
-
En
su predicación no pretende ser una biografía completa y condensada.
- Es
una predicación viva, cada predicador era fiel a su carácter, a su manera de
narrar.
-
Es
una predicación popular, son personas de pueblo llano.
- Es una predicación adaptada.
3) La redacción de los
evangelistas
Entramos, pues, en la tercera fase, la que corresponde a los evangelistas, la que podemos llamar etapa de la redacción.
Esas formas literarias anteriores a los evangelios no eran uniformes, sino que eran reflejo de diferentes predicadores y diversas comunidades. Los catequistas y los oyentes eran, en muchos casos, distintos. No podían hablar de la misma manera a gentiles que a judíos. Tampoco era idéntico un texto preparado para la oración y el culto que orientado a la catequesis o destinado a una profesión de fe. Dentro de la tradición apostólica había mucho material; la obra de los evangelistas consistió en hacer de todo ello una síntesis, una selección, una adaptación y un desarrollo. Y los criterios que presidían esa tarea eran siempre "religiosos".
La pretensión de los evangelistas es esencialmente la misma: que los lectores conozcan los fundamentos de la predicación apostólica para así alimentar y robustecer su fe.