La época de los patriarcas

HISTORIA DE LA SALVACIÓN 
1. La época de los patriarcas 
Los orígenes del pueblo hebreo son oscuros. Una tradición muy antigua, que ha conservado recuerdos auténticos, nos habla de tres nombres, Abrahán, Isaac y Jacob, como antepasados de Israel. Proceden de Mesopotamia. Son pastores de ganado menor y llevan una vida seminómada. Su entrada en la tierra de Canaán guarda relación con la penetración de los amorreos. Es imposible establecer con exactitud la fecha de estos patriarcas. El período más seguro es el siglo XIX y XVIII antes de Cristo. 


La atención del autor bíblico se centra en la figura de Abrahán. Él es el hombre de la fe por excelencia. Cuando Dios lo llama, haciéndole salir del país de Ur para encaminarse a Canaán, le promete una tierra y una descendencia numerosa. Y a esta oferta de Dios responde el patriarca con la obediencia y la confianza. Y conserva incólume esta actitud de fe en las más difíciles coyunturas, hasta cuando Dios le pide el sacrificio de su único hijo. 
Abrahán es en la Biblia la condensación literaria del hombre creyente. Es el mejor modelo de una vida fundada en la fe; por eso los que creen son hijos de Abrahán. 
La vida de estos antepasados de Israel abarca los capítulos 12-50 del Génesis. Estas páginas han sido primero tradiciones orales. Sólo más tarde, casi a mil años de distancia, alguien las ha redactado por escrito. ¿Qué características tiene esta historia de Gén 12-50? 
Es una historia popular, que los padres han contado a sus hijos a la puerta de la tienda, en una velada familiar. Es una historia simplificada: los orígenes del pueblo hebreo y las migraciones de sus antepasados fueron mucho más complejas de lo que permite suponer el relato bíblico. Es una historia artística, embellecida con múltiples anécdotas novelescas y emocionantes, como el encuentro de José con sus hermanos, literariamente comparable a los más amenos cuentos orientales. Es una historia de familia; por eso se concede tanto relieve a los sucesos que jalonan la vida familiar, como el nacimiento, las rivalidades entre los hermanos, la boda de los hijos, la sepultura de los padres. Es, por último, una historia religiosa; las causas inmediatas se olvidan y todos los pasos de los personajes están dirigidos por la providencia de Dios.


Dibujos Católicos : Abraham, Isaac y el sacrificio para colorear

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