La dominación griega y romana


07. La dominación griega
También al imperio persa le llegó la hora de su desintegración. La causa de que se hundiera estaba en su falta de cohesión interna y en el creciente poderío de Alejandro Magno. Este personaje excepcional, encarnación del imperio macedónico, derrotó a los persas, atravesó Palestina y llegó hasta Egipto.
Pero Alejandro muere prematuramente, sin haber tenido tiempo para consolidar sus conquistas. Los sucesores se repartieron su imperio. Todos ellos querían ser dueños de Palestina. Primero dominaron los Tolomeos de Egipto, que fueron respetuosos y tolerantes con la religión judía. Pero luego vinieron los Seléucidas, que quisieron imponer por la fuerza a los judíos no sólo la cultura, sino aun la religión griega:
¿Cómo reaccionaron los judíos ante este intento de helenización? Muchos se plegaron a las exigencias de los poderosos, aceptaron la cultura helenista y abandonaron su fe. Fue una verdadera apostasía. Otros, en cambio, se estremecieron de pavor 'ante esta invasión del helenismo. Tenían que defenderse de este grave peligro de contaminación religiosa. Enardecidos en su fe se aferraron al más puro judaísmo, formaron grupos fervientes y fanáticos y lucharon como leones, hasta por medio de guerrillas, contra la dominación helénica.
Gracias a estos héroes el pueblo judío salvó su patrimonio religioso.
El recuerdo literario de esta actitud religiosa y nacionalista ha quedado en los libros de los Macabeos, de Ester y de Judit. El hilo que enhebra todas las páginas tiene el mismo argumento: el heroísmo de un pueblo pequeño, que lucha hasta la sangre por conservar su identidad religiosa. Todas esas obras escritas en tiempo de persecución, en la época de Antíoco IV Epifanes, transmiten un único mensaje: la confianza en Dios siempre vale la pena, pues Dios no olvida a su pueblo.
08. El imperio romano
La última dominación que iban a sufrir los judíos sería la de Roma. Gracias a los esfuerzos guerreros de los Macabeos, los judíos pudieron gozar de unos años de gloria y de paz. Pero en el siglo I antes de Cristo, divididos entre sí, sin ponerse de acuerdo en su lucha por el poder, apelaron al arbitraje de los romanos. Y Roma acudió a la cita. Las tropas de Pompeyo hicieron su entrada en Jerusalén el año 63. Palestina se convirtió de esta manera en una provincia más del imperio.
Durante esta larga etapa de la ocupación romana tiene lugar el gran acontecimiento de Jesús de Nazaret, de quien nace el movimiento religioso llamado cristianismo. Ésta es la materia de nuestro estudio.

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